¡APRENDER LA PALABRA y ENSEÑARLA A LAS GENERACIONES VENIDERAS!
En vez de uno limitarse a leer la biblia, imaginémonos cada situación y creamos que Dios nos habla directamente a nuestros oídos, como si estuviera contándonos una historia, que al final es verdadera.
Cuando abrimos la biblia en el primer libro (Génesis), nos damos cuenta que Dios nos relata todo y con detalle, cómo fue que Él fue creando día a día las cosas.... Contemplemos esas escenas maravillosas, pongamos a volar nuestro "director de cine" que tenemos cada uno de nosotros y entrémonos en sus palabras y vivámoslas con entusiasmo.
Hagamos que nuestra piel se erice, al escuchar del mismo Dios, que tenemos entre nosotros a su hijo, Jesucristo, y que es el amado de Él... (Mateo 3:16 - 17)... Imaginémonos al Apóstol Pablo, cuando Dios le habló y le mostró su promesa: ¡Mira!, voy hacer nuevas todas as cosas! (Apocalipsis 21:5-6). ¿Cómo crees que Pablo reaccionó?... !!!yo quisiera haber estado allí¡¡¡¡, pero me imagino su reacción. En fin, pudiéramos quedarnos ver esto y muchas cosas más, pero hay que ir al grano.
Aprender la Palabra de Dios, es una tarea que debe ser constante y fidelina, pues ella es la que nos brinda la verdad, nos brinda un camino y nos ofrece la vida misma. Entonces podemos decir, que la constante lectura de esta Palabra, la cual es inspiración divina, nos permitirá conocer a Dios en todas sus dimensiones, como un Dios majestuoso, imponente, misericordioso y perdonador; entonces con todo esto, Él hará que nosotros nos sintamos atraídos por su Palabra y esto hará que nosotros aprendamos cada día de ella y ha sentirnos resguardados (Josué 1:8-9; Salmo 8:1; Isaías 41:10)
Entre más leamos la Palabra de Dios, más podemos llegar a comprendedla y comprender lo que Dios espera de nosotros. La lectura nos capacita para afrontar nuestras dificultades con sabiduría.
El salmista nos dice esto: "Tus recordatorios son maravillosos. Por eso mi alma los ha observado" (Salmo 119:129).
Al aprender la Palabra de Dios, nosotros nos enriqueceremos de tal manera que se cumple en ella las promesas en nuestra vida: "Todo lo que haga tendrá éxito" (Salmo 1:3).
Dios puso su empeño en darla a conocer a sus hijos y nosotros nos esmeramos para adquirir este conocimiento. (Mateo 5:3). El hombre, no es capas de soportar un día sin agua, pues podría morir... Así debiera de ser para nosotros la Palabra de Dios, satisfacer nuestra sed de conocimiento, la cual nos mantendrá vivos física y espiritualmente (Hechos 17:11)
No sería prudente ser egoístas, Sino que al ir adquiriendo conocimiento de la Palabra, es nuestro deber darla a conocer a quienes hagan parte de nuestras familias o inclusive a los demás hermanos.
En la lectura de Hechos 17:11, Dios nos habla y nos enseña que los Judíos de Berea, fueron mas comprensivos que los de Tesalónica, al comprender las escrituras, y que la recibieron con buena disposición, estudiándola todos los días para observar que todo lo que se les enseñaba era cierto.
Nosotros debemos ser como ellos. Al estudiar las escrituras, nos ponemos, al mismo tempo, en la tarea de verificar que todo cuanto el sacerdote nos predica, es lo que Dios desea que entendamos y pongamos en práctica a diario. Es por ello que debemos ser cuidadosos a la predica sacerdotal,pues esta debe llevar Palabra de Dios y no palabra de hombre, pues existen muchos que tuercen el significado real de esta y e resultado es el pecado, por lo tanto es muerte. Jesús desafió a los religiosos de su tiempo y les habló claro al respecto (Juan 5:39).
Hemos sentido, en muchas ocasiones, que nuestros planes son truncados por motivos y circunstancias diferentes. Cuando esto ocurre, llega a nosotros la desesperación y el abandono de Dios... buscamos refugio en hombres vacíos, sin temor de Dios, personas que nos llevan por caminos no correctos, etc. (1ª de Reyes 11:33), a sabiendas que nuestras respuestas están a la vista de todos: Las Escrituras.
Dejémonos abrazar pues de Jesús, como lo hizo con nuestro hermano San Francisco.
Bendiciones
Paz y Bien
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